viernes, 14 de noviembre de 2008

La mujer crucificada

Un olvidado y maravilloso clásico de Mizoguchi se llama precisamente así en su título español: La mujer crucificada (Uwasa no onna, 1954).
Conocemos hoy el salto a la actualidad de una campaña publicitaria de una ONG italiana contra la violencia de género Telefono Donna, donde la similitud entre la imagen de una mujer maltratada en una cama y la representación canónica de Cristo crucificado (especialmente el de Velázquez, pero habría muchos referente iconográficos que rastrear) es evidente, en un ejemplo más de la apropiación de la imaginería visual cristiana llevada a cabo por la publicidad, entre otros sectores de la sociedad mediática de masas.
Resulta ya cansino y facilón el recurrente saqueo con intención provocadora e insidiosa (deseable contra otras manifestaciones religiosas de más difícil crítica) del aparataje visual y simbólico de la religión, para los más variopintos propósitos, buscando la reapropiación de la sacralidad perdida, el valor añadido de lo sagrado como aúreo vehículo para el mensaje, así como la manipulación maniquea y burda del lenguaje religioso llevada a cabo por el lema publicitario, con clara connotación martirológica: '¿Quién paga por los pecados del hombre?".

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